Pena y dolor
Dicen que las penas vienen, pasan y se van,
pero las hay eternas, que se quedan siempre
taladrando al fondo, y que no se ven.
Me pregunto a veces por qué no siguen
su camino largo, ya no las queremos
que mejor se queden al fondo del mar.
Si el vivir es dulce, si el vivir es bueno,
¿Por qué sin llamarlas nos producen mal?
Abriré mis alas, abriré mis brazos
y volaré tan lejos que no las sentiré.